Magic Markers + Mott. Sala Stéreo.
Jueves 2 de octubre de 2014.
Nada surge como se
planea. Este jueves pasado nos fuimos a la Stéreo a ver a Magic
Markers, un grupo que nos había impresionado al ver sus vídeos en
youtube y de paso conocer a Mott, un grupo de reciente formación,
sin nada publicado pero de quienes habíamos oído hablar maravillas
acerca de ellos.
Lo que no
imaginábamos es que Mott nos fuera a dejar tan atónitos como nos
dejó, fue algo impresionante, y no son palabras gratuitas, lo que
vimos este jueves en la Stéreo, no lo habíamos visto nunca, la
verdad.
Pero empecemos por
el principio. Llegamos a la sala a las diez y diez de la noche,
deprisa y corriendo pensando que llegábamos tarde. Nada más entrar
en la sala nos llevamos nuestra primera impresión: estaba vacía.
Unas tres personas a parte de nosotros y la gente que allí
trabajaba.
Hablando por allí
nos enteramos que el concierto empezaba a las 22:30 al final, y allí
estuvimos, tomando unos tercios y charlando por allí con la gente,
mientras iba llegando más gente, poco a poco.
Al cabo de un
rato, mientras fumábamos un cigarro en la puerta, vimos a unos
chavales llegar y hablar con el portero: ''queremos entradas para ver
a Mott, somos nosotros''. La cosa estaba a punto de empezar.
Y empezó, el
concierto dio inicio en un estallido de energía que duró toda la
actuación de Mott, con un sonido cañero, muy cañero, a la vez que
retorcido; muy experimental, pareciendo todo una improvisación
continua.
Locura siniestra.
Con una base rítmica que era como una apisonadora, y es que hay que
ver a Aron tocar la batería en directo, tan brutal como brillante.
Si habéis oido a Perro, -grupo también murciano como Mott en el que
también es batería- os podreis hacer una idea aproximada de lo que
hablamos.
Sobre la batería
de Aron sonaban las líneas de bajo de Larry, un sonido fuerte, muy
fuerte, con efectos y envolvente.
Y sobre esta base
rítmica los acordes y notas de Marco, con un sonido agresivo y
estridente, no apto para oídos sensibles, aderezado con eventuales
párrafos cantados de vez en cuando.
Progresivo,
potente, retorcido y muy destroyer, es el sonido que nos atronó ese
noche allí con ellos, Mott. Un sonido que te incita a botar y a
hacer pogo. Con un final que desembocó en la locura, cuando Marco
estampó su guitarra contra el suelo del escenario y la pisoteó
-desconocemos si le pasó algo a la guitarra-, para luego bajar ellos
del escenario y aplaudir al escenario vacío. Todo acorde al más
puro feeling que allí reinaba, nada de postureos.
Una banda que no
busca agradar ni desagradar, simplemente sacar todos sus demonios y
darlo todo.
Después vino el
clásico descanso de unos veinte minutos entre grupo y grupo,
mientras se preparaban para actuar Magic Markers.
Tranquilos, mucho
más tranquilos, después de ver la explosión de Mott, comenzaron a
tocar Magic Markers. Como la calma tras la tormenta. La sala se lleno
de pegadizas melodías, ritmos mucho más lentos y sobretodo suaves y
una Elisa Ambrogio entonando una voz que nos sonó limpia y clara;
toda una contraposición al salvajismo musical que predomina en sus
trabajos de estudio, sobretodo los más primerizos.
Hay que decir
también que la evolución de esta banda ha ido desde sus inicios,
mucho más tralleros y punkarras hasta un sonido más refinado y
melódico, aunque igualmente trancero y psicodélico que nos mantuvo
flotando hasta bien entrada la noche.
En resumidas
cuentas, fuimos a ver a Magic Markers a la par que algo escépticos
respecto a Mott –de quienes nos habían hablado maravillas pero que
no habíamos escuchado nada- y nos quedamos anodadados ante estos
últimos por ser una banda absolutamente brillante y que tocaron
entregados como si no hubiese un mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario