Este sábado pasado fuimos a ver a Guille Milkyway en el
Marmarela, nuevo lugar para visitar en el puerto de Alicante, al lado del
Kraken.
Cogimos el autobús y nos fuimos para allá, con el ahijado de
Silvia, que no conocía nada de la Casa Azul, ni de Guille ni de nada pero que
iba a descubrir muchas cosas que le iban
a molar...
Nada más entrar al lugar nos quedamos flipados con lo grande
y acojedor del sitio con mesas con sillones para sentarse en todos lados, al
aire libre junto al mar, con piscina... un sitio en el que puedes bailar,
bañarte, tumbarte a dormir y lo que quieras, con música de fondo.
Llegamos sobre las 7 y nos dijeron que Guille ya estaba por
allí y allí estaba, antes de pinchar, que ni se le veía, con gorra y gafas de
sol, un tío súper discreto aunque abierto y que no va para nada de estrella, ni
mucho menos.
A las 7 y
media o así empezó a pinchar con un estilo que, no se puede catalogar de
ninguna manera. No me gustan las etiquetas pero la forma de pinchar de Guille
no hay nadie que se le parezca, un rollo relajado y feliz a la vez con remixes
de los temas más horteras y pegadizos de los 80 y 90.
Y así estuvimos durante 1 hora y pico larga, aunque me es
difícil saber cuanto estuvimos. Bailando, haciendo fotos, y pasándolo genial,
con la mezcla de lugar paradisíaco y musicón. La gente por allí cubateando y
bañándose o bailando, de todo.
La única canción de La Casa Azul que pinchó se la dejó para
el final y fue La Revolución Sexual, la canción más famosa de la banda, seguramente.
Al acabar la sesión estuvo Guille por allí, haciéndose fotos con la gente y
charlando y nosotros, por supuesto, también, jeje.
Nos contó un montón de cosas, entre ellas, que está
preparando un nuevo disco con La Casa Azul, y que verá la luz seguramente el
año que viene, después de una temporada aparcados por razones personales. Nos
confesó que a él verdaderamente no le gusta mucho el rollo gira ni el mundo de
la noche y que de vez en cuando le gusta pinchar o hacer cosas con el grupo
cuando le apetece, sin presiones, a su aire. Luego de un rato de estar por allí
con la gente cogió su mochila y se fue por ahí a cenar. Un tío súper llano, y
que da gusto hablar con él.
Luego pinchó Adriá de Papa Topo, con un estilo más
marchosete y también con temas de lo más variopinto. Nos llamó la atención un
remix de Camela.
Al acabar Papa Topo Djs ya nos marchamos de allí, a cenar, con una buena
sensación en el cuerpo y esta crónica.
Oye y ese cambio de diseño? me gusta más el otro
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