domingo, 16 de agosto de 2015

Carlos Sadness, Live the Roof Alicante 2015.

Nada más llegar al sitio nos invitaron a una copa de Licor 43 para todos quienes quisieran y tomamos asiento en una de las pocas sillas que quedaban disponibles. A nuestro alrededor el Puerto de Alicante, las pocas personas que allí se habían dado cita dado el limitado aforo del evento y un pequeño escenario que aguardaba la aparición del gran Carlos Sadness.


Estuvimos allí un rato esperando, la hora prevista para el inicio de la actuación eran las 21:00h, en un ambiente amigable y acojedor y con buen clima para estos calurosos días de verano, mientras se iba poniendo poco a poco el sol.

… y tras la espera y bastante puntual hizo Carlos Sadness su aparición allí, comenzando a sonar los primeros acordes de ''Perseide'' en el inicio de lo que iba a ser para nosotros una velada inolvidable.

Un concierto en el que nos ofreció un repaso a lo largo y ancho de su discografía en un acústico que -para nosotros- sonó tan lleno como si hubiera un grupo completo, haciendo gala entre canción y canción de un sentido del humor, un don de gentes y una naturalidad que no hizo si no más agradable el concierto aún si cabe.

El sonido de Carlos Sadness, para nosotros tan alegre, tan positivo y tan lleno de vida se torno en una agradable velada, tranquila y apacible junto al mar donde disfrutar de una tarde maravillosa como ya imagínabamos que iba a ser pero que teníamos que experimentar en nosotros para saber cuan mágico era lo que en la azotea del Panoramis nos esperaba aquella tarde.

Sobra pues para nosotros hacer un listado de los temas que allí sonaron, pues fue todo una sucesión de canciones en la que ninguna sonó más floja ni con menos feeling que otra, hasta el punto de que podemos decir que no hubo un punto álgido en su actuación, siendo todo un clímax de principio a fin; aunque queremos resaltar que hacia la parte última de la actuación, mientras sonaba ''El dia que hizo más viento que nunca'' la suave brisa marina que nos llevaba acariciando todo el rato se tornó en un fuerte viento, como si la naturaleza se hubiera aliado con Carlos Sadness para deleitarnos, magia o casualidad, que le dio un toque particular, al menos para nosotros, y que nos acompañó hasta terminar esta velada, para nosotros inolvidable.