Flying Pig Matanza + Perro. Sala
Stéreo, Alicante. 31 de octubre de 2014.
Este sábado reventó la Stéreo. Y no
sólo por la cantidad de personas que al concierto de Flying Pig
Matanza y Perro allí asistieron, ni porque era noche de Halloween,
sino por el tremendo festival que allí se montó con el sonido -tan
característico- de ambos grupos que hicieron que el público allí
reunido bailoteara epilépticamente hasta bien entrada la madrugada.
Llegué a la Stéreo a las diez, cuando
aún estaba cerrada. En la puerta encontré a Juanma, colega bloggero
de Alacant Indie Adictos y estuvimos charlando un rato esperando a
que abrieran la sala. Viendo el lugar, me pareció -y me equivoqué,
totalmente- que no iba a venir mucha gente al concierto
A las diez y media se abrió la sala y
fuimos entrando los pocos que habíamos de momento. Durante un rato
estuvo sonando la música del local mientras el escenario permanecía
montado, con los instrumentos, a la espera del concierto que estaba
apunto de presenciar.
A las once de la noche, subieron Flying
Pig Matanza y tras tomar los instrumentos y algunas bromas con el
público empezaron como un estallido con su sonido crudo y potente a
la vez que retorcido.
Tocaron sin concesión alguna, una
canción de tras de otra, empalmándolas, con esa instrumentación
tan poderosa a la vez que progresiva y que te transporta, aderezada
por momentos con estrofas sobre una sencilla instrumentación:
teclado, bajo y batería.
Y es que si ya suenan impresionantes en
las grabaciones, hay que verlos en directo, pues la magia de su
sonido se multiplica y suenan fuerte, mucho más fuerte.
Otro descanso vino tras la actuación,
unos quince minutos de tranquilidad ante lo que estaba por venir...
...y subieron al escenario los Perro,
que al igual que Flying Pig Matanza empezaron el concierto de una
forma bastante directa, llenando la sala con su sonido nada más
tocar las primeras notas.
El local se inundó con su sonido, tan
envolvente como Flying Pig Matanza, pero con un sonido mucho más
sinfónico y melódico.
Sinfónico, melódico y fuerte, muy
fuerte, y es que una base rítmica con dos baterías a la vez es algo
que no se suele ver, y hay que verlo.
Teclados melódicos, muy melódicos,
sobre un ritmo brutal llenaron la sala que repleta bailó al son de
sus notas.
En definitiva un festival digno de
recuerdo por parte de dos joyas de grupos que tenemos Alicante y
Murcia.